Participamos en la marcha pacífica en contra del contrato minero leonino, organizada por la Universidad de Panamá y su personal administrativo.
El propósito de este evento trascendental fue expresar nuestro descontento colectivo y nuestra oposición hacia el injusto contrato minero impuesto a nuestra querida nación.
Nuestro destino era la Corte Suprema de Justicia, símbolo de imparcialidad y equidad. Fue aquí donde pretendíamos hacer oír nuestra voz, exigir justicia y pedir la derogación inmediata del opresivo contrato minero. No estábamos solos en este esfuerzo; junto a nosotros se encontraba el estimado rector de la universidad, miembros del cuerpo docente, administradores y decanos, todos unidos en su compromiso de defender la causa de la justicia.
Fue una poderosa muestra de unidad y un mensaje que resonó en las calles: ‘Solidaridad’. Manteniéndonos unidos, exigimos responsabilidades a quienes detentan el poder.